La calidad tiene al menos dos dimensiones: la profesional y la editorial. Respecto de la calidad profesional, cada género televisivo tiene sus propios estándares de calidad. Los tiene un documental, un noticiero, una telenovela y un programa de humor. Se puede decir que respecto a la calidad profesional, todos los canales compiten tras la misma meta.
No ocurre lo mismo con la dimensión editorial de la calidad. Cada canal tiene su propia línea editorial. TVN busca asegurar el pluralismo en la televisión chilena. Canal 13: la evangelización de la cultura. En esta dimensión los canales no compiten tras la misma meta. Cada uno debe cumplir con su propia vocación.
Para mejorar la calidad de la televisión abierta se sugiere el uso de cuatro herramientas: el control remoto, es decir, la exigencia de las personas de una programación de mayor calidad; la acción del Estado, tanto a través de sus regulaciones como a través de incentivos positivos (como fondos concursables de mayor significación para que se produzcan aquellos programas que la sociedad quiere pero el mercado no es capaz de financiar); la acción de la sociedad civil: no hay nada mejor que un debate abierto y fundado para mejorar la calidad de la televisión; la autorregulación, tanto a nivel de la industria como al interior de cada canal.