Hablar de gobernabilidad es preguntarse por el orden de una sociedad y por los grados de inclusión y cohesión que tiene un sistema político. No resulta posible separar el “orden” –o, dicho con otro nombre, la “gobernabilidad”– de la política. La calidad y el estilo de la gobernabilidad de un país resultan de la calidad, la legitimidad y la eficiencia de la política.

El concepto de gobernabilidad tuvo un origen conservador: se entendió como la construcción de sistemas para contener las demandas sociales. Hoy, en cambio, se relaciona con el sentido de pertenencia y con la cohesión social de una nación.

Los latinoamericanos que se sienten excluidos del desarrollo, difícilmente se conformarán única- mente con la igualdad formal que establece la democracia como condición necesaria del pluralismo. Quieren una igualdad real.

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