Este ensayo, escrito originalmente en 2002 y revisado a comienzos de 2003, parte de la constatación que los gobiernos elegidos democráticamente en Sudamérica en la última década, han prometido una agenda de cambios, para luego aplicar políticas económicas ortodoxas, para luego indagar en posibles explicaciones. Entre ellas se releva el rol del pragmatismo, que ha desplazado al tradicional voluntarismo de las élites políticas de la región, en parte por la constatación de los límites objetivos a los márgenes de maniobra que se enfrentan hoy, y en parte también a la menor tolerancia de los electores al desorden económico. El trabajo concluye explorando opciones para ampliar dichos márgenes de maniobra, respetando las restricciones que impone la disponibilidad de recursos.