El investigador de Cieplan asegura que la clave para reducir la brecha está en crear clusters de recursos naturales. A su juicio, el gobierno al igual que los anteriores no ha impulsado una estrategia que dé desarrollo integral.

Acaba de lanzar su libro La Viga Maestra y el Sueldo de Chile, en el que se dedicó a investigar el rol que tiene para Chile la dependencia de su economía hacia el cobre. Para su elaboración, Patricio Meller analizó datos, comparó crecimientos regionales y llegó a una conclusión: el cobre es una bendición y no una maldición. 

A partir de esa base, dice el académico de la Universidad de Chile, se debe desencadenar una nueva estrategia de crecimiento, basado en algo muy simple: es necesario que cada estamento cumpla con su rol. Allí entran las empresas, que deben encabezar un esfuerzo particular que a su juicio es clave, y que es la innovación. A los privados les corresponde, dice Meller, tomar la posta. Ya no más al Estado. Es ese cambio de paradigma el que empujará al país.

Al observar las cifras de PIB per-cápita por región del país hay una diferencia abismal entre Antofagasta y Aysén. ¿Qué medidas se pueden tomar para aprovechar el boom del cobre que se estima va a empezar a caer?

La estrategia de desarrollo debiera estar centrada en un cluster de recursos naturales. Pero una cosa es decir eso y otra es cómo se aterriza. La idea es replicar lo hecho en la minería en el resto de las regiones. En el caso de Aysén hablamos del sector salmón, cómo podría liderar ese esfuerzo, dado su alto potencial de crecimiento. 

En el caso de la minería. ¿Qué se requiere? ¿Más ingeniería?

Más que ingeniería y procesos lo que se necesita es un programa de proveedores de clase mundial para la minería. Entonces lo que focaliza esto son los encadenamientos para atrás del cluster en estos proveedores. Un ejemplo de esto es BHP Billiton, que inició un programa en esa línea. Allí es esa empresa la que articula y es proactiva. Lo mismo tiene que pasar en otros clusters. Sin embargo, si no están integradas las grandes empresas en un esfuerzo conjunto, eso no va para ninguna parte. La lógica del cluster hace 10 años era pensar que el sector público era el motor y hoy eso ha cambiado. Se nombraba a funcionarios públicos como gerentes generales del clúster, pero aquí quien tiene que estar metido es el sector productivo, que son las grandes empresas y que son las llamadas a liderar.

Estamos en medio de la enfermedad holandesa, ¿el gobierno tomó las medidas adecuadas?

No, porque aquí son las empresas las que primero se deben involucrar. Esto implica que la gran empresa minera tiene un problema concreto. Supongamos que los motores de los camiones se funden muy rápido cuando operan en altura. Cuando paras un camión que vale US$5 millones, estás deteniendo un activo que es muy importante. Los motores de estos grandes camiones como los Caterpillar en vez de durar 5 mil kilómetros hoy duran 15 mil kilómetros. Ese es un hecho concreto de innovación.

¿Qué rol podría jugar el sector público?

En la gran minería del cobre tienes 4.000 proveedores que en general son pymes. Entre sus problemas están: poco know-how, management y poca preparación de profesionales especializados y que tienen poca visión de cómo expandir el negocio. Si encuentran una solución a un problema. ¿Cómo transforman eso en un negocio de proyecciones mundiales? Aquí las empresas necesitan capital de riesgo o una guía de profesionales externos. 

La estrategia de desarrollo debiera estar centrada en un cluster de recursos naturales. Pero una cosa es decir eso y otra es cómo se aterriza. La idea es replicar lo hecho en la minería en el resto de las regiones.

¿Ese papel lo ha jugado este gobierno?

Poco. Y ha sido una constante permanente en los últimos gobiernos porque no está la percepción de cuál es el problema. No hay una estrategia de desarrollo. No hay una visión para dónde va el país o para dónde debiera ir. Entonces, lo que planteo es una estrategia basada en clusters de recursos naturales, que genera una brújula que señala hacia dónde vas. 

Falta esa brújula…

No hay brújula. 

Entonces, ¿la abismal brecha entre Antofagasta y Aysén es consecuencia de la falta de dirección?

No exactamente. A las regiones a las que les va mejor son las que están conectadas con la economía global. Vale decir, tienen un producto importante de exportación. Por contrapartida, a las regiones que no tienen ningún producto importante de exportación, no les va a ir bien. 

El profesor Joseph Ramos plantea que falta política industrial…

Lo que planteó es que más que una política industrial, se necesitan políticas selectivas modernas. Hay que promover la innovación tecnológica. Se debe entregar recursos como capital de riesgo, financiar liquidez, traer profesionales especializados para que vengan a resolver un problema concreto. Al hacerlo esto se vuelve endógeno, se aprende haciendo. 

Quisiera volver con Aysén que tiene un PIB per-cápita bajísimo comparado con Antofagasta. ¿Qué salida tiene esta región para mejorar?

Hay que ver cuáles son las actividades productivas de la zona, que sí las tiene. Una de ellas es la que tiene que ver con la producción de salmón. La otra está vinculada al sector turístico. Aquí lo que hace falta son políticas regionales. Debemos tener una visión mayor. ¿Nos interesa que Aysén progrese? Aquí lo que vemos implícito es la lógica de que a las regiones no les va bien porque no hay política pública y no es así.

¿Eso está planteando?

Eso está planteando este gobierno en particular con las regiones rezagadas para los problemas que vive. Ahora me pregunto: ¿A la gente de Aysén les parece una solución atractiva? Por eso lo que planteo es que se desarrolle una estrategia de clusters en recursos naturales. Eso te resuelve el problema. Eso te da una lógica y te da un lineamiento sobre qué hacer en cada región. Veremos aquí entonces cuál es la ventaja comparativa de cada región y sus recursos. ¿Qué está pensando el gobierno? Que la gente se vaya, si no le gusta para qué le van a obligar a que se quede. En cambio, en esta otra lógica le doy incentivo o alguna salida de futuro para que se quede. Dar esperanza de que esto va a mejorar. La idea es transmitir que la problemática, más bien la solución, va a ir en esta dirección y vamos a potenciar los encadenamientos productivos de la principal actividad de la región para atrás, pero en ciertos rubros, como lo es el sector turístico, debe ser diferente. El sector turístico siempre en todos los países ha tenido un fuerte respaldo público.

Fuente: El Pulso

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