Hace cuatro meses que el economista lidera un estudio sobre cuál ha sido, es y seguirá siendo el aporte de la industria cuprífera en Chile. Meller es claro: si los ingresos para el fisco por este concepto disminuyeran a la mitad, habría que aumentar el IVA a 23% para suplir ese aporte.

“El posicionamiento que tiene Chile es gracias al cobre”, dice de entrada el académico del Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile, Patricio Meller, quien trabaja desde hace cuatro meses en una investigación sobre cómo ha influido este mineral en el desarrollo del país, proceso que culminará en enero próximo con la publicación de un libro.

Cuenta que la idea de indagar en esta temática partió como una inquietud planteada por Minera Los Pelambres del grupo Luksic, que se acercó a esa casa de estudios superiores preguntando si tenían interés en examinar el rol que ha tenido el metal rojo en el desarrollo económico chileno. “Estoy más que interesado”, dijo Meller al instante, y se puso a indagar las preguntas con las que debía partir la investigación. Así, identificó cuatro grandes ópticas sobre ese efecto: en la política macroeconómica; en el crecimiento país; en las regiones mineras frente a las no mineras, y entre sectores productivos.
Si el aporte fiscal del cobre se redujera a la mitad, el IVA debiera subir a 23% o la tributación de las empresas llegar a 35%, o un mix de ambos.
“En el extranjero Chile es reconocido por la minería, sin embargo acá todavía no nos damos cuenta que éste es un país minero, ni identificamos lo que ha hecho el sector como aporte económico”, plantea.

Como parte de este mismo proyecto, Meller congregó a ocho expertos para pensar globalmente en distintos escenarios sobre el Chile de 2050. El trabajo se basa en una nueva metodología respecto de cómo elaborar escenarios partiendo de la premisa de que es imposible predecir a ciencia cierta el futuro. Ahí participan José Joaquín Brunner, Álvaro Fischer, Raúl Sohr, Gustavo Lagos, Rafael Epstein, Patricia Politzer, Eugenio Tironi y Juan Emilio Cheyre.

-¿Cómo ha influido la minería del cobre en la macroeconomía?

-El cobre es el principal generador de divisas del país en los últimos 80 años. En 2011 las exportaciones del metal fueron de US$ 43.600 millones, lo que representa el 55% del total de envíos nacionales. Además, es el segundo mecanismo de recaudación fiscal, sólo superado por el IVA. El aporte del cobre fue de US$ 9.800 millones el mismo año, cerca de un 27% del ingreso fiscal. Esto es algo grande y ha crecido desde el royalty de 2005.

-Es decir, tiene un peso importante…
-Para dimensionarlo, supongamos que el aporte fiscal del cobre se redujera a la mitad y que el gobierno mantuviera el nivel de gasto. Para eso, el IVA debiera subir a 23% o, alternativamente, la tributación de las empresas llegar a 35%, o un mix de ambos. Lo que la mayoría de los chilenos no percibe es que gracias al cobre están pagando menos impuestos, y eso que para el ejemplo que pongo tomo apenas una reducción de la mitad del aporte. ¡Imagínate si cae todo!

-¿Qué otros efectos detectaron?

-En las inversiones extranjeras de la década del 90 el cobre representó en varios años más del 50% del total. Esto implica -y lo estamos testeando- que el gran boom en minería genera externalidades como atraer inversiones en otros rubros, porque el país queda en vitrina. No es accidental que se atraiga, por ejemplo, inversión en telecomunicaciones. Si uno mira, la inversión acumulada de 1990 a 2010 ha sido de US$ 31.200 millones en minería (32% del total), pero para 2020 la inversión total será de US$ 105.000 millones, donde casi la mitad se la llevará este sector.

-¿Entonces el cobre tiene un efecto mayor en lo macro?

-Una de las cosas de las que nos enorgullecemos es que Chile ha logrado establecer equilibrios macro, lo que se ha transformado en un activo desde el punto de vista de la seriedad del país. Los recursos del cobre juegan un rol importante para lograr los equilibrios externos e internos, porque permiten financiar el 60% de las importaciones, así como las cuentas del fisco. Esto favorece establecer planes de largo plazo para aplicar políticas anticíclicas, ahorrando cuando el ciclo está alto y gastando cuando se contrae.

-¿Cómo se da el aporte al PIB por sector económico?

-La minería ha pasado a la industria y significa un 13,4%, mientras la industria es un 10,5%. Hay una impresión de que este país es industrial, pero en realidad es minero. La comida más importante del año es la de la Sofofa, cuando debería ser la de la minería, y la empresa minera lo acepta…

-Claro, es extraño…

-Si miras el presupuesto de la nación, el de Minería recibe un 10% de los recursos que el de Agricultura. ¡Hasta en los ministerios muestran la percepción de que éste fuera un país agrícola!

-¿Qué demuestra esto?

-Muestra señales como que Minería es el menos importante de todos los ministerios, o es el más intrascendente, porque con la cantidad de recursos que se le entregan ¿qué puede hacer? Nada o poco ¿O acaso el sector minero no tiene problemas? Está bien que en el siglo XIX la agricultura fuera diez veces más importante que la minería, pero en el siglo XXI que se repita ese patrón histórico es algo raro.

Fuente: Qué Pasa Minería


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *