El investigador de CIEPLAN fue consultado por El Mercurio en la nota «EE.UU. ha sido parte de seis guerras comerciales desde la Depresión de los 30 al 2009».

Desde la Gran Depresión de los años 30, Estados Unidos ha protagonizado seis episodios de alzas de aranceles aduaneros, a los que ahora se suma la resuelta por el Presidente Trump en contra de China y otros países.

El alza de mayor magnitud en los gravámenes aduaneros ocurrió en junio de 1930 con la promulgación de la ley arancelaria Smoot-Hawley, que impuso fuertes aranceles a cerca de 20 mil productos importados, dice Erik Haindl, decano de la Facultad de Negocios de la Universidad Gabriela Mistral. En 1926-1930 el arancel promedio de EE.UU. era de 25,9% y subió al 50% en el período 1931-1935.

Francia, Gran Bretaña y Alemania respondieron con alzas similares. Canadá subió el arancel a los 16 productos de exportación más importantes de EE.UU., que representaban el 30% de sus exportaciones totales. Esto se transfirió al mundo entero, y la gran recesión se prolongó entre 1929 y 1932.

«Lo que se vio luego fue que el mundo entero tendió a mantener una estructura de economías cerradas durante 40 años y recién en la década de los 80 se produce una apertura más general», dice Haindl.

Usar los aranceles para resolver su problema de desempleo interno desató una guerra comercial y acentuó la depresión. «Lo que se aprendió entonces, y hay evidencia empírica, es que una guerra comercial es un juego de suma negativa que se tradujo en una contracción del comercio internacional a nivel de todo el mundo», apunta Patricio Meller, investigador de Cieplan y académico de la U. de Chile.

Además de la ley Smoot-Hawley, hay otros cinco episodios de guerras comerciales de EE.UU. en el recuento de Tomás Flores, académico del Centro de Investigación en Políticas Públicas de la Universidad Mayor. En 1963 fijó un arancel de 25% al almidón de patata, dextrina, brandy y vehículos comerciales ligeros (camionetas y furgonetas) provenientes de cualquier país. Fue la réplica al alza de aranceles de Francia y Alemania Occidental a la importación de pollos de EE.UU.

En 1981 fijó una cuota máxima a la importación de autos japoneses; en 1983 estableció un arancel de 45% a las motocicletas japonesas para proteger a la empresa Harley Davidson y en 1987, un arancel de 100% sobre televisores, computadores y herramientas japonesas.

En 1985, en un enfrentamiento entre EE.UU. y los países europeos, principalmente Italia, se fijó un arancel de 40% a la pasta importada. En marzo de 2002, EE.UU. estableció aranceles de 8% a 30% sobre el acero importado, que luego eliminó en 2003. En 2009 impuso un arancel de 35% a los neumáticos producidos en China.

Con las últimas medidas anunciadas, el Presidente Trump está resucitando a los mercantilistas del siglo XVIII, para quienes lo más importante era el superávit en balanza comercial, dice Meller. Pero esta vez, agrega, la variante es que está aplicando una estrategia de negociación de estirar las cosas al límite para extraer el máximo de ventajas de las contrapartes comerciales. No obstante, las represalias de México, Canadá y los países europeos están dirigidas a subir aranceles a los productos que se fabrican en los estados donde Trump ganó por poco en la última elección o donde tiene muchos partidarios, focalizándose en lo que más le duele políticamente.


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