Patricio Meller, director ejecutivo de Cieplan, analiza cómo potenciar las experiencias positivas de innovación que han hecho las empresas proveedoras de la minería para aumentar la productividad y el desarrollo de un país.
Meller participó este jueves en el seminario «Programa Proveedores de Clase Mundial, avances, oportunidades y desafíos para su escalamiento» que forma parte de las actividades de la feria internacional de minería Expomin 2014 que se desarrolla esta semana en Santiago de Chile.
¿Qué es el Programa Proveedores de Clase Mundial?
Es un programa del Centro de Innovación en Capital Humano de Fundación Chile que apoya a las empresas que quieren competir en el mercado internacional con una adecuada planificación estratégica, con foco en su gestión, con claros parámetros que rigen su funcionamiento y que tienen la capacidad de adaptarse al cambio.
>> Lista de proveedores que están en el programa
INNOVACIÓN TECNOLÓGICA
El investigador y ex director ejecutivo de Codelco, dijo que el programa es una oportunidad clave para generar innovación tecnológica.
Sin embargo, manifestó su inquietud porque la meta del programa es que el 2020 participen 250 proveedores, en circunstancia que el total de empresas proveedoras en Chile es superior a 5 mil.
Destacó que un caso exitoso ha sido el de >> INNOVAXXION, una empresa que, entre otras cosas, ha logrado patentar sus innovaciones en el extranjero.
Frases de Meller recogidas en otros sitios Web:
«Hay que dar incentivos para que las grandes mineras se integren al programa»
«El mundo no termina en Calama. Hay que pensar global»
«Existe un desigual poder de negociación entre los proveedores de pequeñas y medianas empresas y las grandes mineras»
A continuación publicamos un ensayo de Meller donde expone una mirada más amplia sobre el cobre y su relevancia en la economía chilena.
EL COBRE Y EL FUTURO DE CHILE
El cobre siempre ha sido importante en Chile. Pero luego de 1990 ha pasado a ser doblemente más importante.
En primer lugar, ha aumentado notablemente su relevancia en la economía, pues gracias a él Chile cambió. Es un país que exporta mucho más. El cobre es una de las principales fuentes de recursos para el Fisco. Permitió que las reservas internacionales aumentaran significativamente y que haya considerables ahorros para enfrentar el futuro. Además, posibilitó que Chile sea un país menos endeudado, sus ciudadanos paguen menos impuestos y tengan mayores ingresos.
En resumen, el cobre ha aumentado el nivel de bienestar de la sociedad chilena. Aun más, la sociedad chilena se ha vuelto «adicta al cobre» (con precios superiores a US$ 3 la libra); los chilenos consumen cada vez más bienes importados y exigen mayores gastos públicos en bienes sociales.
En segundo lugar, el rol de Chile en la producción mundial se ha incrementado. Antes (1990) producía el 16% del total mundial; hoy, el 32%.
El problema actual es que lo que sucedió con el cobre chileno en los últimos 20 años es irrepetible para el futuro. ¿Por qué? En 1990, el valor de las exportaciones cupríferas era inferior a US$ 4.000 millones. Hoy, el monto de las exportaciones de cobre supera los US$ 44.000 millones; es decir, hay un aumento de 11 veces.
Este aumento se explica por cuanto la producción y el precio crecieron 3,5 veces. Pero ahora es imposible que suceda algo similar, ya que implicaría que la producción de cobre chileno alcanzaría a 16,5 millones de toneladas métricas; las predicciones más optimistas sólo llegan a ocho millones.
Por otra parte, el precio debiera subir a US$ 10 la libra; nos gustaría que eso pasara, pero ahora se ve como algo muy irreal.
En breve, el cobre siempre ha sido considerado una especie de «vaca lechera» que produce dos tipos de output: divisas y recursos fiscales. ¿Puede desempeñar un rol adicional y contribuir a «saltar» la trampa de los países de ingreso medio?
En este escenario, el Programa Proveedores Clase Mundial para la Minería sugiere un nuevo rol del cobre: la generación de innovación tecnológica. Hay que recordar que la innovación tecnológica es la base para aumentar la productividad y llegar a ser un país desarrollado.
La gran diferencia entre los países desarrollados y los países en desarrollo es la existencia de un horizonte de largo plazo. ¿Cómo introducir esta perspectiva en el debate chileno?
La interrogante de fondo que ha estado presente en la historia chilena durante los últimos 100 años: ¿cómo puede Chile llegar a ser un país desarrollado (PD)?
Es decir, lo que hay que debatir no es lo que le pasa al cobre o a la minería; el tema no es sectorial. Lo que interesa es la transformación del país en uno avanzado. El cobre permite generar este debate.
Esta es una problemática compleja y no hay una receta única. Es pertinente explorar diversas vías. Algunos países han utilizado los recursos naturales (RRNN) como puente para alcanzar el desarrollo; en algunos casos ha sido implementada una estrategia de desarrollo de clusters en torno a los RRNN.
Esto proporcionaría una visión de largo plazo sobre hacia dónde se va a desarrollar nuestra economía, una suerte de carta de navegación para coordinar actividades públicas y privadas; además, es inclusiva, porque incorpora a las regiones productoras de RRNN. Esta fue la propuesta sugerida por el Consejo de Innovación Tecnológica. Una variante especial lo constituye el Programa Proveedores de Clase Mundial para la Minería.
Por otro lado, se ha utilizado el recurso natural principal como un sector clave para la generación de innovación tecnológica. Los RRNN son un activo o riqueza para el país, y el cobre es prueba de ello.
Luego, sería importante que hubiera investigación e innovación tecnológica orientadas a generar nuevos usos del cobre y de los otros RRNN abundantes en el país.
Programa Proveedores Clase Mundial para la Minería
Los elementos de este programa son: (a) Chile produce 32% del cobre mundial. El cluster en torno a la minería estaría vinculado a los encadenamientos hacia atrás (hay 4.000 proveedores de insumos para la minería). Luego, se trata de potenciar un mercado que está aquí; no hay que ir a «conquistar mercados externos» que poseen otra cultura, altos costos de transporte y barreras a la entrada.
(b) Las grandes mineras son el motor activo del Programa Proveedores. Estas tienen un problema productivo y externalizan su solución a los proveedores.
(c) Las empresas proveedoras resuelven el problema y retienen la propiedad intelectual por la innovación tecnológica.
(d) Hay apoyo financiero para capital de riesgo y para el management de la empresa proveedora.
En cuanto a las implicancias del Programa Proveedores, hay incentivos positivos por los dos lados: la gran empresa minera resuelve un problema tecnológico y reduce costos; el proveedor (pyme) aprende a generar innovación y aumenta su productividad.
Veamos un caso real: la empresa chilena PTT «remanufactura» motores de los grandes camiones de la minería. Los motores tenían fallas endémicas: se calentaban y colapsaban. PTT rediseñó los motores. El resultado ha sido que la duración del motor aumentó de 5.000 a 15.000 horas; además, el gasto en combustible disminuyó en 20%.
Lecciones de este caso: aun cuando un equipo venga de PD, es posible introducirle innovaciones, pero para poder hacer esto hay que entender cómo funciona la tecnología.
Muchas empresas consideran la tecnología como «cajas negras con enchufe». El gran atractivo del Programa Proveedores radica en que el cobre les deja a las regiones empresas que aprenden a hacer innovación. Este programa es replicable vía cluster en todos los RRNN del país.
¿Se pueden hacer en Chile grandes camiones Komatsu de 400 toneladas para la minería? La respuesta es no. Pero se puede intervenir en una etapa del proceso productivo de la cadena global de valor de los camiones, hacer el motor aquí, cuyo valor supera el millón de dólares.
Cuando un tercio de las pymes chilenas haga lo que hace la empresa PTT, Chile estará ingresando al club de países desarrollados. Esto requiere que los productos hechos por pymes chilenas no sólo sean «made in Chile»; además, «diseñados en Chile».
Fuente: Patricio Meller – Cieplan