El economista considera que la clase media es «pedigüeña y aspiracional» y que impone un gran desafío al mundo político.

Un block de hojas cuadriculadas y un lápiz grafito con el que dibuja curvas son las herramientas que usa el ex ministro de Hacienda, ex vicepresidente del Banco Central y actual director del Programa CieplanUniversidad de Talca, Manuel Marfán, para explicar cómo Chile ha logrado reducir la pobreza desde 47 a 7,5% en los últimos 25 años.

Y es precisamente la rapidez con la que el país se ha enriquecido la que,a su juicio, ha dado origen a una clase media que califica de «pedigüeña y aspiracional», porque quiere que sus hijos sean más que ellos, pero a la vez es la misma que se abstiene a la hora de concurrir a las urnas, ya que a su juicio, «la clase política no ha sabido construir un nuevo paradigma para enfrentar estas demandas».

—¿Por qué no ha sabido construir?

El descrédito de la política existe en todas partes del mundo. En el caso de Chile, además se da porque en ausencia de un paradigma que realmente interprete a una clase media muy heterogénea, hay falta de identificación, de relato, de convencer a la sociedad en una dirección. Hay una apatía que es ajena a lo que ha sido la cultura tradicional chilena, tomando muchas décadas para atrás. Lo que está ocurriendo a cambio es que frente a una clase media insaciable, que aspira a muchas cosas, se entregan respuestas oportunistas ante demandas específicas, sin tener una visión de cómo construir un nuevo paradigma.

—¿Cómo se resuelve esto?

—La gracia de la política está precisamente en resolver estos temas. En tratar de buscar el factor común para ir solucionando los problemas. Por ejemplo, en la elección del domingo, los líderes de Revolución Democrática, que se pasean como líderes, obtuvieron menos que el PRO. Lo de Sharp fue una muy honrosa excepción, pero ahí influyeron factores adicionales.

—¿Como el candidato DJ Méndez?

—En parte sí, y también porque en las primarias ciudadanas ganó Sharp, y después lo ningunearon. Además, muchos piensan que debido al descrédito de la política hay que buscar a un afuerino.

El candidato
—¿Ve en la Nueva Mayoría un reflejo de respuestas reactivas a las demandas de las tribus, con partidos como la DC y el PC que además golpean la mesa al Gobierno?


—Claro. Y Lagos tiene la gracia de ser una persona que siempre ha hablado mucho del futuro, pero obviamente que tiene un desafío que se hace muy cuesta arriba, que es convocar a grandes mayorías. Y que lamentablemente tras los resultados de esta elección, se le pone el camino un poquito más pesado.

—La presidenta de la DC, Carolina Goic, fue súper clara al decir que Lagos tiene cuesta arriba la elección después de las municipales.

—Sí, pero ojo. Tengo un profundo respeto por ella, pero hay que tener cuidado con lo que los políticos están realmente queriendo decir. Porque lo que también mostró esta elección es que la DC es lejos el partido más importante de la Nueva Mayoría.

—¿No le duele reconocerlo como socialista?

—El segundo más importante, y no muy lejos de la DC, es el PS. Son los dos más importantes.

—Bueno, pero «importantes» con un 35% de los electores participando.

—Pero ése fue un resultado de la elección, y ella (Goic) quiere que el trato de la DC sea uno que le dé el estatus que corresponde al partido más importante. Y cuando no va al Comité Político es por una presión para que se les reconozca una categoría que se vio en las urnas, a diferencia de cuando salió elegida la Presidenta, que ella era la única que tenía capital político, y hoy es distinto.

—¿Cree que la Nueva Mayoría está quebrada como se ha dicho?

—No. Porque ya no tenemos binominal, pero sí tenemos un sistema con cifras de reparto en elecciones, y las coaliciones son necesarias. Está clarito que quienes no están dentro de los partidos tradicionales sacan repoco, porque tampoco han sido capaces de convencer a los apáticos de que vayan a votar por ellos.

—Respecto de la candidatura de Ricardo Lagos, el PPD había dicho que lo investiría, pero luego salió el senador Girardi y dijo que todavía no. ¿Cómo lo ve? Se pensaba que Lagos sería un factor aglutinador, y hasta ahora no lo ha sido.

—El PPD es como los Balcanes. Es un partido que tiene mucha discusión interna y que no la ha sabido institucionalizar. Y hay un polo laguista y uno al que no le gusta Lagos. Entonces, que salga Girardi a decir que no le gusta Lagos, o sea, por fin apareció Girardi. Porque andaba desaparecido.

El orgullo de Cieplan. Líderes en Hacienda y el BC

Este año, el Cieplan cumple 40 años y cerrarán 2016 con una noticia que llena de orgullo a Marfán: «En diciembre, tanto el ministro de Hacienda (Rodrigo Valdés) como el presidente del Banco Central (Mario Marcel) serán Cieplan», dice. Pese a las 4 décadas, afirma que se mantienen más vigentes que nunca y le responde al presidente del directorio de Codelco, Óscar Landerretche, quien afirmó que los centros de pensamiento «son fantasmas de lo que eran». «Cuando dice que él es como un pequeño think tank con el que pimponea Lagos. Ésa es una pretensión un poquito…», comenta, y recuerda que de los últimos 8 ministros de Hacienda, 5 han sido Cieplan: Foxley, Aninat, Marfán, Velasco y Valdés.

Fuente: La Segunda


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