Economistas estiman que el Gobierno sobrestimó el dinamismo del PIB del próximo año, que se fijó en 4,9% para el erario.

Una defensa de la proyección para el crecimiento de la economía en 2014 fijada en 4,9% hizo ayer el ministro de Hacienda, Felipe Larraín.

Pese a que el consenso del mercado para el PIB del próximo año está cercano al 4%, la autoridad dijo que ese “no era un gran tema” y que la estimación de un déficit estructural de 1% para el próximo año no depende del crecimiento que registre el país en 2014.

“Nosotros somos serios. Las proyecciones se plantean una vez. Planteamos una proyección el día 30 de septiembre (…) Esto no se revisa todos los meses ni se revisa a la petición de una parte”, sostuvo Larraín. Esto en respuesta a las declaraciones de Alberto Arenas, jefe programático de la candidata de la Nueva Mayoría, Michelle Bachelet, quien afirmara que el Gobierno estaba sobrestimando el crecimiento considerado en el Presupuesto 2014.

“En la discusión habrá que transparentar cuáles son los ingresos y cuál va a ser el déficit efectivo del Estado”, afirmó el economista en una entrevista a “El Mercurio” el sábado pasado.

Larraín agregó que el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que tanto los países emergentes como los desarrollados crecerán más en 2014.
Si el crecimiento resulta ser significativamente menor al proyectado, el efecto sería de menores ingresos y, de no mediar ajustes en el gasto, un mayor déficit fiscal
“Ahora, si a Chile no le va bien el próximo año, no nos pongamos el parche antes que la herida, no va a ser por condiciones externas sino por razones internas”, agregó.

La visión de los economistas

Gonzalo Sanhueza, economista de Econsult RS, sostiene que el Gobierno debiera justificar mejor su proyección de PIB para 2014, sobre todo porque el Banco Central estima un crecimiento en el rango de 4 a 5%, (con una media de 4,5%).

Si se concreta un menor crecimiento, el déficit fiscal efectivo sería mayor pero en un nivel muy acotado, por lo que no tendría mayores consecuencias, afirma.

Jorge Rodríguez, economista de Cieplan, sostiene que si el crecimiento resulta ser significativamente menor al proyectado, el efecto sería de menores ingresos y, de no mediar ajustes en el gasto, un mayor déficit fiscal.

Por su parte, Cecilia Cifuentes, de Libertad y Desarrollo, cree que no es necesario que el Gobierno revise la cifra.

“En 2011 también se consideró optimista el supuesto de crecimiento para 2012 (la discusión se dio en medio de la crisis del Euro) y finalmente el resultado fue similar a lo que se había estimado. Al menos en lo que se refiere a la discusión presupuestaria, el supuesto de crecimiento de PIB efectivo no tiene gran relevancia”, afirma. Visión que concuerda con la de César Guzmán, subgerente de Estudios Macro de Inversiones Security, quien agrega que la cifra se fija con “la mejor información que uno tiene en ese momento”. 

Alejandro Fernández, gerente de estudios de Gemines, agrega que si el crecimiento se ubica en niveles de 4%, el resultado efectivo del presupuesto terminaría con un déficit de alrededor de 1,5% del PIB.

Fuente: El Mercurio


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