En una entrevista con la revista «Poder & Negocios», el investigador de CIEPLAN habla de la reforma tributaria y de cuál es el mejor camino para obtener más recursos para la educación.

La discusión de una reforma tributaria ya está instalada. Desde todos los sectores se han levantado voces a favor y en contra de la idea. Pero más allá de las diferencias de criterios, la necesidad de recursos permanentes para financiar el aumento de cobertura en educación parece justificar un cambio como el que hace unos años se hizo para financiar el Plan Auge.

Con una discusión todavía sin propuestas concretas, Jorge Rodríguez, investigador de CIEPLAN, asegura que, antes de tomar una decisión respecto a la fórmula que se usará para conseguir recursos, se debe contestar una serie de preguntas esenciales y tener muy claro el proyecto que se quiere financiar para tomar acciones eficientes. «Hay tres características deseables de los sistemas tributarios: que sea suficiente, equitativo y eficiente. La combinación de esas tres cosas es lo que uno debiera buscar”, asegura.

«Si uno toma todas las franquicias, suman un 4% del PIB. Si uno busca bien, podría ganarse un punto o dos del PIB eliminando franquicias que ya no son tan necesarias».Rodríguez asegura que aunque hasta desde el gobierno se han levantado voces que están de acuerdo con perfeccionar el sistema, ello no quiere decir que estén pensando en hacer un aumento de la carga tributaria, sino que más bien hacer cambios internos. Algo que él también promueve. 

¿La carga tributaria que hoy tiene Chile es suficiente?
En general, a mayor ingreso, los países tienen mayor carga tributaria como porcentaje del PIB. Los países más ricos tienen carga tributaria del orden del 28 o 30% del PIB. Chile tiene una carga tributaria entorno al 22% del PIB. Pero si nos comparamos con el resto de los países, no estamos tan lejos de lo que, en teoría, nos debiese corresponder al nivel de desarrollo. A Chile le debiera corresponder tener un punto más del PIB. Podríamos tenerlo. 

O sea, ¿no es imperativo hacer una reforma en este sentido?
Para el nivel de desarrollo que tenemos hoy, no estamos dramáticamente rezagados. Pero si vamos a crecer, y esperamos que sea del orden del 5% anual para poder alcanzar el desarrollo en 10 años, tenemos que hacer crecer la carga tributaria. No podemos dar ese paso en los próximos 10 años sin que se aumente la carga, porque ahí sí que nos vamos a quedar rezagados.

¿El cambio debiera hacerse ahora?
Debiésemos hacer una planificación para poder hacer un aumento gradual que permita consistencia del crecimiento. Los países más ricos tienen más carga tributaria que los menos ricos, pero no está claro si ellos subieron primero la carga y eso los ayudó a ser ricos, o si cuando fueron ricos subieron la carga. Las dos causalidades hacen sentido.

Entonces, la clave está en saber planificar…
Planificar para que no nos quedemos atrás. Si hoy día podemos retomar una senda de crecimiento de 5% promedio al año y sólo confiamos en que eso va a recaudar suficientes impuestos, nos vamos a quedar rezagados. No vamos a lograr recursos suficientes para brindar los bienes públicos que la ciudadanía va a estar demandando.


«Hay un grupo de gente que gana intensivamente en rentas de capital y que está pagando menos en impuestos que el resto».

¿Qué tan favorable sería un cambio en la carga tributaria para la inversión? Hay versiones contrapuestas dentro del empresariado.
A nadie le gusta pagar más impuestos. Es una reacción instintiva. Pero todo depende del análisis que los empresarios hagan en el largo plazo. Si ven que con los impuestos que pagan se financian los bienes públicos que ayudan a hacer crecer su negocio, lo razonable sería decir que hay cierto nivel de impuestos que uno tendría que pagar.

¿Por dónde debiera venir la reforma tributaria de la que se habla?
Hay mucha gente a la que no hay por dónde cobrarle más impuestos. El IVA, que es un impuesto parejo y poco distorsionador, es regresivo en el sentido que a las personas de escasos recursos les significa un porcentaje de su presupuesto familiar más grande que el de una persona de mayores recursos. El IVA tiene la ventaja de que es fácil de recaudar y poco distorsionador de la economía, pero la desventaja de ser poco equitativo. Además, la tasa de IVA que tiene Chile está al día de las que tiene la OCDE.

Si no es el IVA, ¿por dónde debiera venir el ajuste o el cambio?
Hoy existe gente que gana lo mismo, pero que paga distinto. A la gente que gana rentas del trabajo le cobran las tasas de impuestos que corresponden, pero la gente que gana rentas del capital tiene una serie de franquicias y no pagan la tasa de impuesto, sino que cuando retira. Ellos pueden crear sociedades y meter a los hijos en ellas. Nada de eso es ilegal, pero en la práctica pagan, tal vez, la mitad que la persona que gana rentas del trabajo. Hay un grupo de gente, probablemente como máximo el 10 o 20% más rico, que gana intensivamente en rentas de capital, que está pagando menos en impuestos que el resto de la gente. En ese mundo se podría recaudar más. Sería equitativo y sólo sería necesario eliminar o rebajar ciertas franquicias.

¿Qué franquicias se podrían evaluar?
Las franquicias más grandes tienen que ver con el incentivo al ahorro y a la inversión de utilidades. Esas franquicias se inventaron, en su mayoría, en los años 70 y 80 cuando Chile necesitaba urgente que hubiera más inversión. Hoy tenemos tasas altísimas. Algunos pueden decir que es gracias a las franquicias, pero también a que nos hemos ido desarrollando y a otras herramientas que incentivan la inversión. Hay que analizar caso a caso. Quizás no hay que retirarlas, pero perfectamente podría reducir a la mitad los incentivos. Puede ser que se afecte un poco la inversión, pero ahí está el juego de ver cuánto se puede estirar el elástico sin que se corte.»Hemos creado una red de franquicias para incentivar cosas que son positivas, pero que al final es usada solo por los más ricos».

Pero revisar las franquicias debe ser políticamente poco rentable…
Claro, la gente ya se acostumbró, lo siente permanente y es como un ataque decir que se van a revisar. Si uno toma todas las franquicias, suman un 4% del PIB. Si uno busca bien, podría ganarse un punto o dos del PIB eliminando franquicias que ya no son tan necesarias.

Con eso no se echaría mano a una gran reforma tributaria…
No tendría que subirse la tasa del IVA o del impuesto a las empresas. Aunque igual se podría subir un par de puntos la tasa a las empresas que ahora subió de 17 a 20% y no se produjo un descalabro.

Desde su punto de vista, ¿qué franquicia se podría eliminar o rebajar?
Lo primero que se debe hacer es instaurar un sistema en la DIPRES que evalúe las franquicias. Al menos se debieran revisar las que incentivan el ahorro y la inversión. Uno podría, no eliminarlas por completo, pero acotarlas. La principal, y que representa un 1,3% del PIB, es la que establece que las rentas retenidas no pagan impuestos. Si esa franquicia se redujera a la mitad, inmediatamente tendrías un 0,7% del PIB de recaudación extra. Hemos creado una red de franquicias para incentivar cosas que son positivas, pero que al final es usada solo por los más ricos. Nuestro sistema se ha ido a un extremo en el que se sacrificó demasiada equidad para incentivar la inversión y el ahorro. En los años 70 era lo que había que hacer, pero han pasado 40 años. En el tema de las franquicias se puede hacer un ajuste de tuerca.

Difícil lo que va a venir, porque la discusión se va a dar en un año electoral…
A veces uno hace todos estos análisis y en la discusión política se transa por salidas que son más fáciles. Cuando se discutió el financiamiento del Plan Auge se planteó un mix de impuestos específicos (tabaco, alcohol, juegos de azar). Pero cada una de las industrias hizo un tremendo lobby. Al final, decidieron subir un punto el IVA que es más regresivo. Entonces capaz que después terminemos subiendo el IVA para financiar la educación.

Pero si lo hacen así, aumentará la inequidad.
No es la solución óptima. Si el tema quiere atacarse a la vena, tiene que ser a través de las rentas de capital. Pero en la discusión política puede que la solución termine en otra cosa.

La propuesta que preparan CIEPLAN y el CEP

Desde hace un año que la Corporación de Estudios para Latinoamérica (CIEPLAN) y el Centro de Estudios Públicos (CEP) trabajan en un proyecto de investigación. La Idea del equipo liderado por José Pablo Arellano y Vittorio Corbo, y que está compuesto por siete investigadores, es hacer propuestas concretas de reforma tributaria.

Las propuestas del equipo transversal debieran estar listas a principios del año 2012 y se van a centrar en la composición de impuestos que Chile debe tener.

Fuente: Revista Poder & Negocios

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