Economista e investigador senior de CIEPLAN, señala que una reforma como la propuesta por la candidatura de Michelle Bachelet puede tener un efecto positivo sobre el crecimiento a mediano plazo.

Tras el debate generado por el anuncio de Michelle Bachelet de llevar adelante una reforma tributaria en su eventual gobierno, Jorge Rodríguez sostiene que la carga tributaria de Chile requiere un ajuste y que ello no es sinónimo de un freno a la inversión o la actividad empresarial.

– Michelle Bachelet dio a conocer su intención de llevar adelante una reforma tributaria ¿Qué opinión tiene sobre lo anunciado?

Aunque todavía no se conocen todos los detalles, me parece razonable avanzar en aumentar gradualmente la carga tributaria en torno a 3 puntos del PIB. Eso nos hará converger a la carga promedio de los países desarrollados cuando tenían nuestro nivel de ingreso actual, respecto de la cual hoy tenemos una brecha precisamente de 3 puntos del PIB.

– Sin embargo, sectores de oposición y empresarios dicen que se puede afectar la inversión…

El efecto de una reforma tributaria depende tanto de los impuestos que aumente y en qué magnitud, como del destino de los recursos recaudados. Si los mayores recursos se utilizan de manera pro crecimiento, especialmente en educación, capacitación e infraestructura pública, Chile puede mejorar su crecimiento potencial, y por tanto, la reforma podría tener un efecto neto positivo. Un buen ejemplo en este sentido es la reforma tributaria de 1990, que recaudó entre 2 y 3 puntos del PIB y fue seguida por varios años de crecimiento económico por sobre el 7%.

– De concretarse la propuesta, el país pasará en ocho años de tener un impuesto a las empresas de 17% a 25% ¿Afectará eso la actividad empresarial? 

El país pasó de tener un impuesto de primera categoría de 17% a 20% al mismo tiempo que se verificaron altas tasas de inversión. Esto muestra que aumentar esta tasa no es automáticamente sinónimo de freno a la inversión. Esto se explica porque la inversión depende de varios factores, como la estabilidad del país, su acceso a mercados, su infraestructura y la calidad de su fuerza laboral, entre otros. Pienso que gran parte de los empresarios entiende que es necesario que el país mejore estos factores, y que ello requiere un esfuerzo de financiamiento. Eso sí, requieren que el Gobierno dé garantía de que invertirá lo recaudado con eficiencia. 

– Y sobre la rebaja del impuesto a las rentas más altas, ¿Qué opina?

Los sistemas tributarios deben tener equidad vertical, es decir, que los de mayor renta tributen más. Una forma de lograrlo es con tasas de impuestos crecientes según renta. Pero lo que importa son las tasas efectivas, netas del uso de franquicias. Entiendo que la propuesta en este caso es rebajar las tasas máximas pero al mismo tiempo eliminar una serie de franquicias regresivas, de manera que el sistema como un todo sea más progresivo.

– ¿La reforma debiera incluir exenciones tributarias para incentivar el ahorro y la inversión? 

Cuando se crean exenciones tributarias para incentivar el ahorro y la inversión, es clave que se pueda fiscalizar que se usen efectivamente para esos fines, y no como rendijas para eludir el pago de impuestos. Por ejemplo, la depreciación instantánea podría ser un instrumento que incentive la inversión y a la vez sea fiscalizable. Al mismo tiempo, deben evaluarse las franquicias que ya existen, para verificar si están cumpliendo con incentivar el ahorro y la inversión, o si por el contrario, sólo son fuente de elusión. 

– ¿Qué tan relevante es la revisión de las exenciones tributarias actuales?

Revisar las exenciones tributarias es fundamental. Las exenciones son un mecanismo válido de política pública, pero el tratamiento que se les da es muy privilegiado respecto de otro mecanismo, que es el gasto público. Por ejemplo, el gasto se discute todos los años en la ley de presupuestos y la Dipres evalúa cerca de 30 programas al año. En contraste, en general las franquicias se aprueban una vez y quedan vigentes para siempre, y ninguna institución pública las evalúa de manera sistemática. Por eso, hoy pueden existir muchas franquicias ineficientes o inequitativas que deben terminarse. El punto de partida básico es evaluarlas.

Fuente: CIEPLAN


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