El economista de Cieplan asegura que uno de los problemas de la desigualdad es porque Chile ha renunciado a utilizar el sistema tributario para reducir la brecha en cuanto a ingresos. Además señala que la solución está en mejorar el capital humano de las familias vulnerables.

El informe de la OCDE sobre desigualdad y pobreza entre 2007 y 2010 señala que la pobreza relativa de ingresos – el porcentaje de personas que tienen menos ingresos que la mitad de la renta media nacional- afecta a alrededor del 11% de la población, en promedio, entre los países de la OCDE, con grandes diferencias entre naciones. Las tasas de pobreza oscilan entre el 6% de la población de Dinamarca y la República Checa, a entre 18% y 21% en Chile, Turquía, México e Israel. Además el documento del organismo internacional señala que en el caso de Chile bajó la pobreza, pero se mantiene como uno de los países de la OCDE con mayor brecha en distribución de ingresos. 

En ese contexto, Jorge Rodríguez, economista de Cieplan e integrante de la comisión técnica de la Casen (que desde 2012 está elaborando recomendaciones para una nueva medición de la pobreza en Chile), asegura que que los resultados revelados por la OCDE muestran que Chile ha utilizado de manera efectiva el gasto público focalizado para mejorar esta distribución ingresos, sin embargo, agrega que “ha renunciado a utilizar el sistema tributario para estos fines”. A su vez, dice que se tienen que colocar metas más exigentes para superar la extrema pobreza en Chile, y que ser un país desarrollado no sólo implica mejorar el ingreso per cápita, sino también reducir la desigualdad de ingresos.

Entre las principales conclusiones de la OCDE se señala que Chile redujo la brecha en pobreza ¿Esta mejora se podría deber a que comparativamente hay países en una situación peor, o porque Chile realmente hizo esfuerzos puntuales para abordar este tema?

Chile ha venido haciendo esfuerzos muy importante en materia de política social desde los 90. Estos esfuerzos han sido exitosos en disminuir la pobreza, pero no tanto en disminuir la desigualdad. En el período 2007-2010, marcado por la crisis económica de 2009, básicamente Chile mantuvo sus indicadores, mientras que otros países empeoraron. Eso es un logro de la política social chilena, que ayudó a atenuar que la crisis golpeara a las familias más vulnerables.

Debemos ponernos metas mucho más exigentes, lo que implica tanto actualizar nuestros parámetros para medir pobreza, como preocuparnos también de disminuir la desigualdad

¿Cuáles fueron las principales políticas que permitieron que Chile pudiera reducir la pobreza relativa durante el período medido por la OCDE?

El conjunto de políticas que constituye la red de protección social sin duda que ha ayudado. Entre estas políticas destaco el aumento de las pensiones solidarias para vejez e invalidez, el seguro de cesantía, el subsidio al empleo joven y el aumento de cobertura de salas cuna para facilitar el trabajo femenino.

Durante el período evaluado se vivió una crisis económica mundial ¿Qué efectos pudieron tener las transferencias monetarias en la baja de la pobreza en Chile?

Como parte del Plan de Estímulo Fiscal de 2009 se entregaron bonos extraordinarios para las familias más vulnerables. Como medida paliativa, esos bonos fueron de ayuda, pero hay que cuidar de mantenerlos como medidas efectivamente extraordinarias ante situaciones de crisis.

¿Son correctas estas políticas asistencialistas para reducir la pobreza, o deberíamos avanzar en otros mecanismos para disminuir también esa dependencia? 

Hay que tener un mix equilibrado. La solución de largo plazo es mejorar el capital humano de las familias más vulnerables, invirtiendo muy fuertemente en educación. Pero en el corto plazo, ante situaciones de emergencia, el Estado no puede dejar a esas familias abandonadas a su suerte.

En términos de distribución de ingresos el informe señala que aún tenemos una brecha bastante alta ¿cómo se enfrenta este problema social histórico de Chile?

La evidencia internacional muestra que la distribución del ingreso tiene alta inercia, es decir, si parte muy desigual, cuesta mucho mejorarla. Chile hasta la fecha ha utilizado de manera efectiva el gasto público focalizado para mejorar esta distribución, pero ha renunciado a utilizar el sistema tributario para estos fines. Esto último debe repensarse, ya que en gran parte de los países OCDE la distribución de ingresos después de impuestos es más igualitaria que antes, cosa que no ocurre en nuestro país.

¿Cómo conjugamos la idea de superar la extrema pobreza, si los niveles de desigualdad se mantienen altos?

La extrema pobreza se define actualmente en Chile como carencia de recursos para satisfacer las necesidades alimenticias, lo que de por sí puede ser considerada como una vara poco exigente, puesto que existen otras necesidades básicas más allá de la alimentación. Esa medida ayuda a identificar a las familias más carentes y a focalizar los apoyos estatales en ellas. Sin embargo, el éxito en superar la extrema pobreza medida en términos absolutos puede coexistir con altos niveles de desigualdad, en la medida que los segmentos más ricos de la población sigan capturando gran parte del ingreso. 

El coeficiente Gini se mantiene alto en Chile ¿después de la reforma tributaria de 2012 esto podría haber cambiado o aún se necesitan hacer ajustes?

El ajuste tributario de 2012 no fue diseñado para mejorar la distribución del ingreso, por lo que es improbable que ayude en esa dirección. Más aún, dicho ajuste incluyó nuevos beneficios para el 20% más rico, por lo que incluso podría empeorar el Gini. 

¿Qué políticas en cuanto a educación y empleo son necesarias para reducir la pobreza juvenil?

Algunas políticas públicas importantes de años recientes se han focalizado más en los segmentos de mayor edad de la población, como por ejemplo, la reforma previsional. Eso ha ayudado a disminuir la pobreza en ese grupo etario. Para el grupo joven se implementó el subsidio al empleo. Puede ser necesario tener que revisar si dicho beneficio está generando los incentivos suficientes para disminuir el desempleo entre los jóvenes, y complementarlo con políticas de capacitación para que sus habilidades sean efectivamente demandadas en el mercado laboral. 

Con el diagnóstico de la OCDE ¿Es posible que se cumpla la meta de superar la extrema pobreza y lograr ser un país desarrollado? 

A pesar de los avances, Chile sigue mostrando los peores indicadores de los países OCDE, por lo que la tarea siendo de gran magnitud. Lo mínimo a lo que podemos aspirar como país es a mejorar la situación de las familias en extrema pobreza. Sin embargo, creo que debemos ponernos metas mucho más exigentes, lo que implica tanto actualizar nuestros parámetros para medir pobreza, como preocuparnos también de disminuir la desigualdad. En ese sentido, estoy convencido que el verdadero desarrollo no se alcanza sólo aumentando el ingreso promedio, si no que requiere también reducir la desigualdad con que dicho ingreso se distribuye.

Fuente: Pulso


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