Al comparar el gobierno de Michelle Bachelet con el de Sebastián Piñera, el gasto público social total en la administración de la ex presidenta creció a tasas promedio de 9,3% cada año, mientras que en el gobierno del actual presidente fue sólo de 4,1%, según un estudio realizado por Cieplan.

El gasto social en el Presupuesto público anual, ha crecido sostenidamente en las últimas décadas, hecho que es aceptado y valorado por la ciudadanía, casi por defecto. Así lo reflejan también las cifras oficiales de la Dirección de Presupuestos (Dipres) desde 1990. Sin embargo, existen matices respecto de la velocidad de su expansión, que en los últimos años pareciera haber tenido modificaciones.

Es que según un estudio del think tank ligado a la Democracia Cristiana, la Corporación de Estudios para Latinoamérica (Cieplan), si bien el gasto público social muestra un crecimiento sostenido entre 1990 y 2013, durante los gobiernos de la Concertación sus tasas de variación anual muestran ser significativamente mayores al gobierno del presidente Sebastián Piñera.

De este modo, entre 1990 y 2009, la tasa de crecimiento anual promedio del gasto social total fue de 5,1%, mientras que entre 2010-2013 fue de 4,1%, asegura el informe.

Este cambio de tendencia se aprecia claramente al comparar los dos últimos gobiernos. Durante el gobierno de la ex presidenta Michelle Bachelet, el gasto público social total creció a tasas promedio anual de 9,3%, mientras que bajo la administración del presidente Sebastián Piñera el ritmo se moderó hasta el 4,1% antes mencionado.

Para realizar este calculo, Cieplan utilizó la “clasificación funcional de las erogaciones del Gobierno Central Total”, serie estadística de Finanzas Públicas de la Dipres donde se recopiló los antecedentes hasta 2012. El presente ejercicio, ha sido estimado utilizando la variación presupuestaria del ministerio correspondiente comparado con 2012.

¿Dónde radica la diferencia? Mucho de ello depende de las prioridades que tiene cada administración y la coyuntura económica que le toque vivir.

En ese sentido, es importante destacar que Cieplan reconoce que el gasto social del período Bachelet está influenciado por el fuerte aumento de las erogaciones durante la crisis de 2008-2009, que incluyó un plan de estimulo especial y advierte que eso está incluido en los números.

Entre 1990 y 2009, la tasa de crecimiento anual promedio del gasto social total fue de 5,1%, mientras que entre 2010-2013 fue de 4,1%.

En esa línea, el Plan Fiscal destacó por dos puntos en el ámbito social. El primero tiene relación con las tasas de crecimiento del gasto en vivienda que fue un 15,7%, así como las tasas de crecimiento del gasto público en salud y educación, todas por sobre el 10% anual, mientras que en estas mismas materias en la gestión Piñera las cifras se moderaron (Ver infografía).

En términos de montos, para el gasto público social total del gobierno central definido de acuerdo al “Manual de Estadísticas Públicas” del FMI, que recoge las erogaciones para las partidas de Vivienda, Salud, Educación, Protección Social, Protección del Medio Ambiente y Actividades Recreativas, transformado en miles de pesos por habitantes de 2012, arroja cifras que eran de $333.500 por habitante en 1990, y se elevaron hasta $1.131.700 por habitante en 2013.

Tomando sólo la administración Bachelet, el corte arroja que su gestión estas erogaciones pasaron desde $710.800 hasta $962.900 por habitante. En porcentaje, la mayor alza se registró en 2009, con un 16,9% y el promedio es de 9,3%.

Por su parte, durante el gobierno de la Alianza, el gasto público social total por habitante pasó de $1.011.200 en 2010 a $1.131.700 en 2013. El mayor crecimiento porcentual se dio en 2012 con un 5,5%, mientras que la menor expansión fue en 2011, con 2,2%.

CRECIMIENTO POR SECTORES

Si el global arroja que el crecimiento del gasto social ha sido más lento, Cieplan también desmenuza cómo se han comportado los factores que construyen dichas erogaciones y si siguen la misma tendencia a la moderación.

Por ejemplo, advierte el think tank, el gasto por habitante en Vivienda durante los gobiernos de la Concertación pasó de $24.700 en 1990, a $91.900 en 2009.

Para Bachelet, el rango en monto va desde $54.300 (2006) a $91.900 (2009). El peak de expansión fue el 2008, con un avance porcentual de 22% y un promedio en 4 años de 15,7%.

En la gestión Piñera, los montos en pesos se mueven desde $98.500 (2010) a $103.000, con un peak de crecimiento en 2011 (9,2%) y un promedio de 2,9%. Sin embargo, Cieplan advierte que en el presente ejercicio, el gasto social en vivienda no creció menos, sino que se contrajo.

Esto, porque si en 2012 era de $111.000 por habitante, este año es de $103.000, equivalente a una caída de 7,1%, señala Cieplan.

Respecto del gasto en Salud, el centro de estudios destaca que el monto por habitante entre 2006-2009 se mueve entre $163.600 y $234.200, respectivamente, con un promedio en el período de 12,5%, mientras que entre 2010-2013, el rango va desde $250.400 a $300.300, respectivamente, con una expansión promedio de 6,4%.

En educación la tendencia es similar. En el período Bachelet se movió desde $179.800 a $259.000 (crecimiento promedio de 10,9); y en el actual, entre $271.200 y $331.600, con un promedio anual de avance de 6,4%.

En materia previsional, es donde más se refleja la distinta velocidad de crecimiento del gasto. En el período de la ex mandataria estuvo marcado por la Reforma Previsional y esto se refleja en las cifras.

Desde 2006 a 2009, el gasto en este ítem pasó desde $303.900 a $361.900 (promedio de 5,1%), y en el gobierno de Piñera se elevó desde $372.900 a $378.200, con un avance porcentual de 1,1%. Incluso, como en el caso de vivienda, decreció en 0,8% en 2011. 

RECURSOS PERMANENTES

Un tema que siempre se discute a la hora de definir el erario de la próxima administración, tiene relación con los recursos permanentes que deja establecido el presupuesto.

Ahí radica la importancia de que si va a comprometer gasto permanente, debiese tener una fuente de financiamiento permanente, requisito básico de responsabilidad, en ese sentido, la política de balance estructural que se aplica desde 2001, refuerza este objetivo. 

Al respecto, el análisis apunta a que en torno a un 70% del erario a ejecutar son leyes fijas que se han ido aprobando a través del tiempo.

Desde Cieplan aseguran que el presidente Piñera comenzó en su gobierno aprobando mucho gasto permanente sin financiamiento, con medidas como el postnatal extendido, la eliminación del 7%, así como el ingreso ético y de alguna manera intentó corregir eso cuando hizo el ajuste tributario.

Sin embargo, es un desafío que sigue existiendo. No debiese comprometer gasto si es que no existe ingreso, por ello, “en el caso de Bachelet promete una reforma tributaria. Dice quiero gastar más, pero quiero tener los ingresos para ello”, sostienen desde Cieplan.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *