Advierte que uno de los desafíos en materia política del próximo gobierno es una nueva Constitución.

Para el coordinador del programa de Desarrollo, Cohesión Social y Democracia de Cieplan, el abogado Francisco Díaz (PS), el balance de las reformas políticas de la actual administración es deficiente: ”No cumplió con el 40% de su poco ambiciosa agenda”.

– ¿Cuál es su evaluación de las reformas políticas comprometidas por el gobierno vs. las que lograron ver la luz?

– La agenda del gobierno contenía cinco reformas: inscripción automática y voto voluntario; ley de primarias; elección directa de Consejeros Regionales (Cores); voto de chilenos en el exterior y reforma a la ley de partidos políticos.

Cumplió con las tres primeras, pero hay que señalar que éstas eran proyectos ya aprobados en su parte constitucional en el gobierno anterior, donde lo que quedaba por hacer era la implementación legal. O sea, no cumplió el 40% de su poco ambiciosa agenda, porque hay que considerar, además, que el gobierno nunca se refirió a los aspectos más complejos del sistema político que necesitan urgente reforma, como el binominal, el sistema de quórum supermayoritarios, las atribuciones del Tribunal Constitucional (TC), transparencia en el financiamiento de las campañas, o la participación política femenina.
Lo que debiera estar en el tapete es cómo modernizamos el sistema para incentivar que la gente vote, más que obligarla.

– A su juicio, ¿cuál de estas reformas es la más relevante?

– Por trascendencia electoral, la inscripción automática y voto voluntario. Básicamente lo que ocurrió es que se configuró un nuevo universo electoral, tanto por la entrada de cinco millones de nuevos electores, como por la abstención de quienes antes estaban obligados a votar. Es una lástima que el proceso se haya visto manchado por la poca prolijidad del gobierno para la elaboración computacional del padrón, en el cual hoy sabemos que están incluidas cientos de miles de personas fallecidas o residentes en el exterior.

– Y ¿qué le parece que justamente esa ley de inscripción automática y voto voluntario esté hoy en entredicho?

– La experiencia internacional era clara en advertir que bajaría la participación electoral, no sé dónde puede haber sorpresa. De hecho, antes de la reforma, los jóvenes tampoco se inscribían y cerca de 20% del padrón de inscritos o no votaba o votaba blanco o nulo. El problema del descrédito de la política venía de antes, por lo que volver al voto obligatorio no es la solución. Lo que sí debiera estar en el tapete es cómo modernizamos el sistema para incentivar que la gente vote, más que obligarla. Por ejemplo, voto adelantado, transporte gratuito el día de la elección, voto de chilenos en el exterior.

– ¿Qué reformas quedaron pendientes y cuáles son los desafíos-en esta materia para el próximo gobierno?

– El desafío principal del próximo gobierno es aprobar una nueva Constitución que cumpla con dos propósitos: por un lado, terminar con las reglas contramayoritarias de la actual institucionalidad (binominal, quórum); y por otro lado, represtigiar la política, haciéndola más transparente y participativa, especialmente en la relación del Estado central con las regiones.

Fuente: Diario financiero, 2 de diciembre de 2013

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