Lea el artículo publicado por el diario La Tercera, donde aparece el ex ministro de educación e investigador senior de Cieplan, José Pablo Arellano.

Harald Beyer, Sergio Bitar y José Pablo Arellano debatieron en foro de la U. del Desarrollo. Todos tienen una mirada crítica con respecto a la forma en que se pretende implementar el beneficio.

El director del Centro de Estudios Públicos (CEP), Harald Beyer, desecha el argumento de que la gratuidad favorece el acceso de los jóvenes más vulnerables a la educación superior. “La verdad es que cuando uno va a revisar la literatura, no hay ninguna evidencia de eso”, planteó el ex ministro de Sebastián Piñera durante el seminario organizado por la Universidad del Desarrollo (UDD).

Y entre los argumentos que expuso utilizó como ejemplo un informe de la Comisión Europea donde, según indicó, se concluyó que “en los países con mejor acceso no hay gratuidad”. Y añadió que esto se debe a que “un sistema gratuito consume tantos recursos que no deja recursos para apoyar a los estudiantes más necesitados, ni en la educación secundaria ni en la preparación para lograr mantenerse en la educación superior”.

Beyer recordó que en Chile existe una cobertura mayor en los dos primeros quintiles que en otros países del mundo. Y dijo que aunque existen fondos para evitar la deserción de estudiantes en la educación terciaria, subraya que “la verdad es que no hay ninguna evidencia de que haya mejorado la permanencia”. Así, dice que “entonces uno se pregunta ¿en qué se gastan los recursos las universidades del Cruch? No es muy claro”.

Un aspecto que se debatió en la actividad fue ¿cuál sería un mecanismo alternativo de financiamiento para la gratuidad? Beyer planteó que es mejor un crédito contingente al ingreso que un impuesto a los graduados”.

Y puso como ejemplo que de 16 países que han evaluado cambiar su sistema de financiamiento, y que han puesto sobre la balanza ambos sistemas, “ninguno de los 16 eligió el impuesto a los graduados y la razón es relativamente simple, porque tiene incentivos muy perversos, porque si está definido en función de la graduación, muchos estudiantes no se gradúan”.

Al ser un mecanismo de cobro tributario, Beyer sostuvo que el impuesto puede desincentivar también el trabajo formal en los profesionales, para evitar los cobros. En cambio, explicó, el crédito contingente al ingreso uno paga lo que le prestaron y lo puede pagar en función de sus ingresos y por lo tanto tiene muchas ventajas”.

Sergio Bitar, ministro de Educación entre 2003-2005: “En este gobierno sólo se llegará al 50% más vulnerable”

Como un período de prueba ve la gratuidad 2016 el ex titular de Educación, Sergio Bitar (PPD). Y en tal sentido subrayó que en la tramitación de la glosa de la Ley de Presupuestos, que regula esta política pública, “hay que ser cuidadoso de poner los recursos de una manera que sea flexible y no vinculante”.

Bitar enfatizó que “una partida presupuestaria tiene límites muy determinados respecto del tiempo disponible para la discusión, de manera que no puede reemplazar un debate más a fondo de cómo se puede dar financiamiento”.

El otrora senador añadió que “el gobierno de la Presidenta Bachelet va a llegar con la gratuidad sólo hasta el 50% de los alumnos más vulnerables”. Y agregó que “yo no veo que tengamos más margen, porque si en 2017 ingresan más instituciones, como por ejemplo Inacap, si cumple con la condición de no lucro, será un incremento muy importante de financiamiento para la gratuidad”. Esto, porque según dijo serían 40 o 50 mil estudiantes más, sólo en esa institución. “O sea, estamos hablando de un 25% de aumento en el número de beneficiarios”. 

Desde su mirada de ingeniero piensa que “para qué voy a plantear el tema de la universalidad si voy a llegar al 50% el 2018, y va a haber otro gobierno”. Y advierte que primero se debe evaluar el funcionamiento del beneficio y considerar también que se requieren recursos para la nivelación de los estudiantes vulnerables que ingresen a la educación superior.

“Tenemos un 30% de deserción y a quienes perjudica más es a los estudiantes de ingresos más bajos”, planteó.

Además, indicó que en la discusión de la reforma a la educación superior se requiere instalar el concepto de “gradualidad”. Y enfatizó que “hay que hacer los cambios con experiencias pilotos y mediciones y no hay que oponerse a los cambios”. 

Sobre los gobiernos universitarios, Bitar sostuvo que “si un estudiante a los 18 años puede votar para elegir Presidente de la República tiene que también tener la capacidad de dar una voz en la educación, en su universidad respecto de cómo las cosas funcionan o no funcionan y hay que oírlos más”.

Y dijo que “creo que parte de la radicalización de un sector estudiantil tiene que ver con la percepción de que no tiene presencia ni participación”.

José Pablo Arellano, ministro de Educación entre 1996 y 2000: “No habrá gratuidad para todos, no es financiable”

José Pablo Arellano (DC) hace una afirmación que si bien se conversa en los círculos de la Nueva Mayoría no ha sido reconocida públicamente por el gobierno: “Creo francamente que no habrá gratuidad para todos los estudiantes, especialmente porque no es financiable”. Y agregó que “yo considero que no es una buena idea desde el punto de la equidad, pero además no es financiable”.

Para el ex secretario de Estado, el debate que se debe abordar actualmente es “cómo se ayuda a financiar el 100% de los costos a quienes están en el 50% (de más vulnerabilidad)”.

A su juicio, la mejor manera es lograr la gratuidad mediante becas 100 %.

Un punto que preocupa a Arellano es que al establecer el mecanismo de gratuidad se debe dar una señal de que se trata de un sistema equitativo y planteó que los criterios para diferenciar a quienes quedan dentro y fuera del beneficio debería considerar “la necesidad socioeconómica, el mérito académico y, en tercer lugar, la calidad de la educación de las instituciones en que se matriculan los estudiantes”. Y en tal sentido, propone que “hay que buscar un equilibrio, una combinación para que parezca justa. Si hay una nueva norma, que tiene otras reglas y un alumno va a quedar fuera por esto, probablemente va a decir que no es un sistema equitativo y eso tenemos que evitarlo”.

Sobre la tramitación de la gratuidad en una glosa presupuestaria, estima que “la Ley de Presupuestos no es un instrumento para hacer cambios de paradigma, cambios de sistema, es para financiar lo que hay, porque rige durante un año. Mal podríamos exigirle cambios permanentes a algo que va a durar un año”.

Un cambio de este tipo, dice, “se hace en leyes permanentes no en una tramitación especial y que, además, tiene una fecha límite”. Y también agrega que a estas alturas del año las instituciones y estudiantes ya debieran tener claro “cuáles son las condiciones en las que se puede postular”.

Otro aspecto que abordó Arellano tiene que ver con el gobierno de las instituciones de educación superior y frente al debate de si corresponde que los alumnos, por ejemplo, voten para la elección de rector, considera que “no creo que la comunidad deba elegir la autoridad superior de las universidades. Deben participar y ser consultados, pero distinto es elegir y marcar el rumbo de la universidad”.

Haga clic aquí para escuchar la exposición de José Pablo Arellano

Fuente: La Tercera


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