El embajador de Chile en Estados Unidos, Juan Gabriel Valdés, ofreció en su residencia una cena en honor de Alejandro Foxley.

La lista de invitados incluyó a representantes del gobierno estadounidense, organismos internacionales, centros de estudio, y prensa internacional.

Entre ellos, Rebeca Grynspan, secretaria general iberoamericana de Estados Unidos, quien ha participado activamente en el acercamiento entre La Habana y Washington; 
Luis Almagro, Secretario General de la OEA; Enrique García, Presidente Ejecutivo de CAF; Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano; Félix Peña, de ICBC Foundation; Marta Lucía Ramírez y Jose Antonio Ocampo de Columbia University; Michael Reid de The Economist; Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal y y Patricia Janiot, presentadora de CNN, entre otros.

La cena fue organizada en el contexto de la XIX Conferencia Anual CAF, uno de los principales foros de discusión de América Latina, que este año abordó los desafíos geopolíticos de la región y los retos que enfrenta ante la desaceleración del principal motor de su crecimiento de la última década, China.

Los expertos analizaron además los efectos del panorama global sobre la nueva clase media latinoamericana, los procesos de integración y la proyección internacional de la región, entre otros. La conferencia, organizada todos los años por el banco de desarrollo de América Latina, CAF, con el apoyo de Diálogo Interamericano y la Organización de Estados Americanos (OEA), se llevó a cabo el 9 y 10 de septiembre.

Alejandro Foxley expuso en el foro, ¿Qué está pasando con la integración regional de América Latina?, uno de los desafíos más importantes -junto a la transformación productiva de la región-, según lo planteó Enrique García, presidente ejecutivo de CAF.

Foxley planteó que para avanzar en la integración se deben dejar de lado las diferencias políticas y dar prioridad a las oportunidades que ofrece una unión económica e institucional al modo de la Unión Europea (UE).

Las conclusiones del foro internacional

Un definitivo impulso a la integración latinoamericana y la importancia de la relación con las economías emergentes de Asia-Pacífico fueron los principales temas tratados al cierre de la conferencia anual del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).

«Reivindicar la integración en Latinoamérica es posible, si los países se dan cuenta y se lo toman en serio», dijo Enrique Iglesias, ex secretario general de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), en un debate con el analista de Carnegie Endowment Moisés Naím.

Ambos discutieron el futuro y la importancia de avanzar hacia la integración económica e institucional en Latinoamérica, que hasta ahora ha estado guiada por afiliaciones políticas y no una estrategia unitaria.

Latinoamérica ha intentado avanzar hacia la integración económica, con experiencias como Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela) y otras como CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), que no han servido para una unificación profunda.

En otro panel, Carlos Calamud, analista argentino del Instituto Elcano, aseguró que la integración pasa por su mayor crisis, como demuestran desacuerdos en asuntos de seguridad fronteriza u otros desacuerdos bilaterales en Latinoamérica que con una mayor cooperación deberían ser fácilmente evitables.

Jacques Rogozinski, director de Nacional Financiera, banco de desarrollo dedicado a ampliar el acceso a la financiación, destacó experiencias positivas como el Mercado Integrado Latinoamericano (MILA), un mercado de negociación de títulos de renta variable de Chile, Colombia, México y Perú.

Por su parte, Marta Lucía Ramírez, exministra de Defensa y de Comercio de Colombia, aseguró que una mayor integración fortalecería la visión estratégica del continente para mejorar las posiciones negociadoras con otros países, como en el caso de Estados Unidos y Canadá.

La importancia de las economías asiáticas

Al cierre del evento, los participantes volvieron a insistir en la importancia de las economías asiáticas y, especialmente China, en el futuro de Latinoamérica, pese a que el gigante chino está pasando por un momento de incertidumbre económica.

Leonardo Arízaga, viceministro de Exteriores de Ecuador, destacó la importancia de la inversión china en su país, que ha permitido a Quito financiar proyectos energéticos con grandes repercusiones estratégicas.

El presidente chino, Xi Jinping, ha prometido que la inversión directa china en Latinoamérica alcanzará los 250.000 millones de dólares en la próxima década, con un comercio bilateral de hasta 500.000 millones.

Estas cifras subrayan la importancia que China ve en Latinoamérica, cuyas economías emergentes están modernizándose, ampliando la clase media y mejorando la educación, pese a que persisten problemas fiscales, de corrupción o de infraestructuras, que lastran el potencial latinoamericano.

«Quien no reconozca esta realidad (que China es una economía mundial clave), no avanzará en el futuro», explicó Arízaga.

Asia es el continente en el que se sitúan China, segunda economía mundial; Japón, tercer producto interior bruto (PIB) global; e India, que se espera que crezca más rápido que China en los próximos cinco años.

«Latinoamérica no tiene más remedio que mirar más hacia Asia, porque es la región de más rápido crecimiento», aseguró el presidente del Grupo Centennial, el indio Harinder Kohli.


Fuente: CIEPLAN


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