Autor: José Pablo Arellano
Fuente: El Mercurio

El debate nacional sobre el financiamiento de la educación superior puede estarnos jugando una mala pasada: no estamos viendo la verdadera revolución que está iniciándose en la educación superior a nivel internacional.

Hace menos de tres años se inició un rápido proceso de cambios y han surgido con fuerza los cursos masivos y gratuitos en línea (MOOC por su sigla en inglés). En el 2011 dos profesores de Stanford abrieron a internet su curso sobre inteligencia artificial. El resultado fue que se inscribieron 160 mil alumnos en 209 países. Muchos aprobaron las evaluaciones del curso con resultados por encima de los alumnos inscritos en Stanford. El éxito de esta experiencia llevó a la creación de Udacity.com y de Coursera.com en octubre del mismo año.

Más recientemente, en mayo del 2012, Harvard y MIT se unieron, con una inversión de 60 millones de dólares, para lanzar otra plataforma con sus cursos en línea: eDX. Asimismo está iniciando sus actividades un consorcio de 21 universidades británicas llamado FutureLearn.com.

Repasemos algunas de las ofertas educacionales gratuitas que tenemos a nuestro alcance. Coursera ofrece 558 cursos dictados desde más de 100 universidades, basadas en 24 países. Tiene registrados más de 5.800.000 estudiantes en todo el mundo. Stanford, Columbia, Yale, Chicago, Caltech, Edimburgo, Beijing, Hong Kong, Jerusalén, solo por mencionar algunas de las universidades que encabezan los rankings internacionales, ofrecen cursos en Coursera.

En eDX, además de Harvard y MIT, participan otras 25 de las mejores universidades del mundo, incluyendo a Berkeley, Beijing University o Seúl, las cuales ofrecen una gran variedad de cursos. El mes pasado solo HarvardX tenía más de 770 mil alumnos registrados.

Los cursos incluyen diversas disciplinas y materias como ciencias físicas, humanidades, ingeniería, historia o negocios.

Para superar la barrera del idioma, se empiezan a ofrecer cursos en español y crecientemente las presentaciones de los profesores son subtituladas en distintos idiomas.

Los cursos están empezando a entregar certificados a quienes aprueban satisfactoriamente sus requisitos, incluyendo exámenes y otras formas de evaluación en línea.

Esta nueva realidad educativa en línea está ofreciendo un valioso campo de experimentación sobre las formas más efectivas de enseñanza-aprendizaje. Cada clase está comenzando a ser preparada al detalle, como cuando se filma una película de alta calidad. La clase y el proceso de enseñanza dejan de ser un trabajo individual del profesor y pasan a ser un trabajo en equipo entre pedagogos, comunicadores, diseñadores y otros profesionales que contribuyen con un alto grado de elaboración y preparación. La tecnología permite revisar la efectividad con que se entrega y recibe cada uno de los conceptos y materias que el docente quiere transmitir.

Con esta tecnología en los cursos presenciales, la clase se revoluciona y se da vuelta. En vez de ir a escuchar al profesor para luego revisar y estudiar la materia, como ha sido tradicional, ahora antes de la clase se revisa la exposición grabada por un profesor de excelencia y la clase es para revisar, profundizar, debatir sobre la materia y aplicarla a nuevos contextos. El proceso está en sus inicios, pero sin duda traerá grandes transformaciones en la educación superior.

Es bueno que nuestros alumnos sepan que tienen esta amplísima opción de cursos gratis a su disposición. Es cierto que se requiere, como en todo proceso de aprendizaje, de dedicación, disciplina y perseverancia para interiorizarnos del saber en cualquiera de esos campos y para lograr maestría en ellos. En ese sentido no son gratis, porque requieren de esfuerzo y constancia.

Esta capacidad de aprendizaje en forma autónoma requiere de competencias básicas: capacidad lectora, matemáticas, método de estudio, disciplina, por mencionar algunas, que se adquieren a partir del nivel preescolar. Se vuelve así aún más importante la prioridad que tiene la educación en el nivel básico y medio.

Que el debate local sobre nuestra educación superior no nos haga pasar por alto esta revolución que está teniendo lugar a nivel global, sino por el contrario, que seamos parte de ella para que nuestros jóvenes aprovechen todas estas oportunidades y así logren aprendizajes que les entreguen una formación de calidad

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *