Los países de América Latina y el Caribe se encuentran en un momento de oportunidad. Sus economías aprendieron las duras lecciones del pasado y lograron, una buena parte de los países, sortear con relativo éxito la crisis financiera internacional de 2008-2009, gracias a un prudente manejo macroeconómico y fiscal.

El alza sostenida en los precios de los commodities ha beneficiado a la región, generando un ciclo de crecimiento económico que ya lleva una década, y a la vez, una sostenida reducción de la pobreza.

Sin embargo, la historia de la región muestra diversos episodios de bonanza que han sido seguidos de largos períodos de inestabilidad y retroceso. Persisten en muchos lugares problemas sociales y la desigualdad. Otros países, como algunos del Caribe, tienen aún grandes retos en términos de endeudamiento.

Es decir, el momento es propicio para avanzar, pero la historia indica que muchas veces los países de la región no han logrado aprovechar los buenos momentos para consolidar una estrategia de desarrollo sostenible en el tiempo.

¿Cómo se ven América Latina y el Caribe en la próxima década? ¿Cuál es la posición que debiera ocupar la región en un mundo crecientemente globalizado, que vivirá momentos de transición económica? ¿Cómo definir una estrategia que le permita priorizar ciertas áreas clave de desarrollo?

El desafío es no caer en la llamada “trampa de los países de ingreso medio” y pasar al umbral del desarrollo. 

¿Cómo evadir esa trampa? Un elemento clave para un desarrollo exitoso es la construcción de una visión compartida entre sector público y privado, actores políticos y sociales.



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