El nuevo seminario organizado por la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Talca y la Corporación de Estudios para Latinoamérica (CIEPLAN) se orientó al planteamiento de cuál es el sistema de pensiones que debe implementarse de cara a una nueva Constitución para Chile.


En el marco de las próximas elecciones que definirán quienes serán los representantes para la redacción de una nueva Constitución para Chile, la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad de Talca, en colaboración con CIEPLAN, organizaron el seminario “Sistema de Pensiones de cara a una nueva Constitución”, el cual convocó a más de 100 personas y contó con la exposición de Christian Larraín, exvicepresidente de la Comisión para el Mercado Financiero de Chile.

La sesión contó también con un panel de expertos, compuesto por Manuel Marfán, investigador y director del Programa de Investigación Social Cieplan-UTalca; y de Denise Laroze, académica de la Universidad de Santiago de Chile. El evento fue moderado por el académico de la FEN, Bernardo Lara.

En cuanto a la realidad que hoy se analiza del Sistema de Pensiones de Chile y sus fallas, Christian Larraín señaló que “hay una parte de este diagnóstico compartido, pero la verdad es que hay una parte que no es compartida y esa es la única manera de entender porque nos cuesta ponernos de acuerdo tanto en relación a la soluciones”.  En su exposición realizó un detalle de cuáles son los aspectos que son compartidos en este análisis, como también aquellos que dificultan que las partes políticas y representantes se coordinen para mejorar este sistema frente a las alternativas que se han planteado.

Entre otros aspectos, “hoy día la discusión se manifiesta entrampada en relación a cuanto es el componente colectivo que se debe regular (el 3% versus el 6%); como también los cambios en el funcionamiento de la industria, las modificaciones en la institucionalidad en el rol del Estado, pero la verdad es que tenemos visiones bastante encontradas”, explica Larraín, agregando que, si bien son “visiones legítimas, hay que reconocer que tenemos visiones encontradas”

El exvicepresidente agregó que si hay que negociar y llegar a acuerdos él diría que “hay tres visiones: una que le voy a llamar de maquillaje que básicamente apunta a hacer ajustes paramétricos para elevar la pensión básica solidaria, y tocar lo menos posible el funcionamiento de la industria. Otra que propone un sistema contributivo mixto con fuerte componente público basado en lógica de seguridad social”, finalizando con una tercera opción, que tiene relación con la defensa “de un sistema de reparto y fin a las AFP”.

Ante esto Larraín propone “que detrás de esto lo que hay al final son distintas soluciones en relación al rol del Mercado versus el Estado, en particular yo diría que para los que defienden más el statu quo hay una fuerte desconfianza en relación a lo que el Estado puede y sus capacidades institucionales, esa es la verdad y es legítimo que sea así y los que defienden un enfoque más radical en contra de las AFP es por una enorme desconfianza en relación a lo que el Mercado puede hacer”.

Con esta información y en cuanto al desarrollo institucional del Sistema de Pensiones para mejorarlo, Larraín finalizó su exposición señalando como conclusiones que “el mandato es claro orientado a maximizar pensiones, dentro de ciertos niveles de tolerancia al riesgo; autonomía y condiciones claras tipo CMF, políticas y obligaciones para prevenir corrupción y fraude, transparencia en la política de inversiones, estas últimas con objetivo de desempeño de largo plazo y tolerancia al riesgo y sobre todo, reglas claras de asignación de beneficios. Los individuos tienen que saber lo que van a recibir versus lo que aporten, para minimizar el impuesto al trabajo”.

Para lograr esto, el expositor señaló que “se requiere una reforma estructural profunda con dos componentes: un sistema público contributivo que opera con lógica de seguridad social y una profunda reforma al componente AFP con entrada única que recauda y paga, y dejar AFP centradas en administras inversiones (para el actual 1’%), en línea con la evidencia internacional”, agregando que “las ventanas de esto es subir pensiones actuales y futuras, diversificar riesgos, bajar costos, restablecer legitimidad y hacer cambios paramétricos, para así evitar futuros retiros, ya que el ahorro colectivo no se puede retirar”.  

Orientaciones desde y hacia las personas

En un segundo momento de este evento, la panelista y académica de USACH Denise Laroze, aportó desde el ámbito de cuáles son los sistemas de pensiones que se deben crear, considerando amplia y centradamente la visión de la ciudadanía. Laroze señaló que “es necesario que pensemos las pensiones desde los y las ciudadanas, y pensadas desde sus sesgos cognitivos” (…) “teniendo claro que los ciudadanos no nos comportamos con las expectativas que los modelos económicos suponen”.

La académica expresó que  “tenemos sesgos como valorar mucho más el dinero que tenemos en la mano que el potencial de ese dinero en el largo plazo cuando nos vaya a retribuir como pensión y tenemos dificultades a la hora de tomar decisiones, porque son difícil, porque tienen un lenguaje muy técnico, es fácil cometer errores”, por lo que uno de los principales problemas a solucionar es cómo conectamos a la ciudadanía con un sistema que exige tomar decisiones que van en relación al futuro de la rentabilidad de cada persona, que los beneficiarios sientan y puedan elegir correctamente integrándose.

Por su parte, Manuel Marfán, director e investigador del programa de innovación social Cieplan-UTalca, expresó su preocupación en cuanto a los miedos de ciudadanía en torno al impacto que poseen sus futuras pensiones en su condición de pobreza, señalando que “uno de los grandes riesgos y miedos de esa clase media es la pobreza en la vejez”. No obstante, otro de los problemas está que en el sistema de pensiones requiere un ahorro obligatorio constante y una operación contributiva que, si no se hace, el gasto de la mantención finaliza en el Estado y «el gasto social más alto para el Estado siempre va a ser el de previsión” (…) “y no hay Estado que cuente con recursos para financiar una realidad así”.  

En cuanto al sistema, Marfán indicó que “el sistema de capitalización es una cosa ineludible de aceptar como sistema de pensiones principal, no tiene que ver con una defensa de las AFP, sistema de capitalización individuales existen en muchas partes del mundo y AFP solo en Chile”, agregando que, “la mayoría de los países que tienen sistemas mixtos, no es porque convivan los dos, es porque uno está emergiendo mientras el otro va muriendo, porque las reformas de sistemas de pensiones duran muchos años”.

Para finalizar, Marfán señaló que “en Chile hay un rompimiento del contrato social que es evidente y el sistema de pensiones requiere de alguna forma del contrato social para operar, de que la gente acepte que se les obligue a ahorrar para poder resolver el tema de la salud en la vejez, por ejemplo, y ese nuevo contrato social (la Constitución) tiene la oportunidad de volver a crear un sistema nuevo y es bueno que sea así. Este es un país que cambió demasiado y seguimos haciendo las mismas cosas que antes”.  

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