En el seminario sobre «La nueva economía global», en Argentina, Alejandro Foxley señaló que la apertura económica y los TLC «no son suficientes ni van a serlo para competir con los otros países de ingreso medio en las próximas dos décadas».
* Extracto de Nota Publicada en el diario La Nación de Argentina, el 20 de noviembre de 2012, por Andrés Asato.
Alejandro Foxley, ex ministro de Economía durante la presidencia de Patricio Aylwin (1990-1994), y uno de los conductores en la transición democrática que produjo «el milagro chileno» y permitió bajar la tasa de inflación de 30 a 12% anual, analizó también el orden macroeconómico y la continuidad en las políticas actuales de Chile, que junto con Brasil, Perú y Colombia conforman el grupo de países que crecen con inflación baja.
Sobre el momento actual de la región, la apertura macroeconómica y los tratados de libre comercio Foxley señaló que «no son suficientes ni van a serlo para competir con los otros países de ingreso medio en las próximas dos décadas». Y aquí, según su opinión, el punto de referencia tiene que ser inevitablemente los países con los que se va a competir para ocupar un mercado donde la clase media está aumentando exponencialmente en cuanto a su cantidad.
«En China vamos a tener en 15 años más de 400 millones de personas de clase media. Este segmento de la población está aumentando en India, Corea, Japón, Tailandia y Malasia, y está demandando productos distintos a los de siempre, manufacturados principalmente. Y la pregunta que debemos hacernos es ¿vamos a estar ahí o no? Hay una oportunidad, Europa y Estados Unidos están replegados, Europa del Este también está con problemas ¿entramos o no? Pero si lo hacemos ¿cómo lo hacemos?», planteaba como interrogantes Foxley.
El desafío será cómo avanzar hacia un nuevo enfoque de integración y hacerlo primero entre los países de la región para tener poder y musculatura en la negociación. Ahora el enfoque de integración de arriba hacia abajo está agotado, advierte el economista chileno: «Lo que tenemos que hacer -concluyó- es una integración a partir del aparato productivo, a partir de empresas que juegan con las reglas de la economía global, en todo sentido. Es decir instituciones fuertes y reglas que se respeten, con rigor democrático, y que asuman el desafío de elevar la calidad política y de tener la capacidad de anticiparse a los problemas que vienen».
Fuente: La Nación