De acuerdo al último informe del FMI, la deuda pública de Chile equivale a un 11,4% de su PIB; la segunda más baja, luego de Rusia, en la nómina de 51 países elaborada por ESTRATEGIA.

Jorge Rodríguez, economista de Cieplan, asegura que el caso doméstico es el resultado de un proceso de largo plazo, remarcando que ha sido clave la política de responsabilidad fiscal referida a una mejor gestión de activos y pasivos. Según añade, las fuentes de ingresos provenientes del alto precio del cobre y la reforma del ’90, ayudaron a que no fuera necesario suscribir nuevos compromisos en los últimos ejercicios.

Ahora bien, ¿qué sucedería si la cotización del mineral rojo disminuyera? “Tendría que ser muy pronunciada y durante mucho tiempo –por lo menos cinco años– para que se agotaran las reservas, y de ahí tuviéramos que empezar a aumentar la deuda. Tenemos doble colchón: una baja deuda y activos financieros como primera instancia”, resalta.

Fuente: Estrategia


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