¿Pueden los recursos naturales transformar a Chile en un país desarrollado?, ese es el nombre del artículo elaborado por Patricio Meller, director de proyectos de Cieplan, para el libro «Chile 2017. A un paso del desarrollo» publicado por Diario Financiero en el marco de sus 29 años de vida.

Los recursos naturales han desempeñado un rol clave en el desarrollo económico chileno a través del impacto en la balanza de pagos, los ingresos fiscales y el crecimiento. Este papel previo ahora no basta, pues en el siglo 21 el crecimiento depende crucialmente de la innovación. Los recursos naturales pueden desempeñar un rol adicional fundamental vinculado a la innovación tecnológica

Se requiere vencer ciertas barreras mentales. Desde la época de Adam Smith (siglo XVIII) prevalece la noción de que los recursos naturales (RRNN) generan poco progreso técnico; en el caso de Adam Smih esto se justifica por cuanto está deslumbrado con los primeros inventos de la “revolución industrial” y los compara con el prolongado estancamiento de la agricultura. Prevalece la creencia de que la industria es el sector donde se genera la innovación tecnológica. Esto no tiene hoy ninguna validez empírica.

En efecto, el sector productor de RRNN es un importante usuario de tecnologías modernas, tiene una serie de desafíos productivos muy complejos y puede construir la base para diversos procesos de innovación. Aún más, Chile es líder mundial no sólo en cobre; es el primer exportador mundial en diversas frutas frescas (uvas, manzanas, arándanos, cerezas, ciruelas), el segundo exportador mundial de salmón, el cuarto exportador mundial en vino embotellado.

En Chile ha prevalecido una visión negativa respecto a los RRNN inducida por la hipótesis de Prebisch del deterioro de los términos de intercambio y la hipótesis de la “maldición de los RRNN” de Sachs y Warner. Para refutar la validez empírica de estas hipótesis basta observar lo siguiente: en 1981 se requerían 2,2 TM de cobre para comprar 1 computador, mientras que en 2017 esas 2,2 TM permiten comprar 18 computadores. Ejercicios similares se pueden hacer para todos los RRNN, lo que contradice la hipótesis de Prebisch. El foco de la discusión actual ya no cuestiona los modelos de crecimiento basados en RRNN sino en cómo aprovechar las oportunidades que estos brindan. Interesan las potencialidades que estos tienen para generar un mayor valor agregado para la economía (encadenamientos productivos y/o integración a cadenas globales de valor). Además está presente el tópico de la sustentabilidad; la interacción entre lo regulatorio, lo tecnológico, lo productivo y lo social (relación con la comunidad). Las actividades ligadas a los RRNN han dejado de comportarse como enclave; para las políticas públicas interesan las actividades que rodean la producción del RRNN, incluyendo el impacto ecológico, uso de agua y fuente energética, encadenamientos productivos y efecto sobre empleo, etc.

Las operaciones relacionadas con la producción de los RRNN son localidad específica; luego requieren un alto grado de adaptación de técnicas productivas, lo que también es necesario para lograr un manejo ambiental que promueva la sustentabilidad. Las particularidades del entorno geográfico, disponibilidad de agua, la fuente energética y clima, etc., constituyen la fuente más importante de requerimientos de innovación en estos sectores. Hay diversos tipos de desafíos tecnológicos asociados al lugar donde se desarrolla el proceso productivo; estos tienen que resolverse generalmente in situ por los proveedores de insumos de las compañías productoras de RRNN (estos son los “encadenamientos hacia atrás”). 

En consecuencia, los RRNN tienen la posibilidad de convertirse en plataformas de innovación tecnológica, generando dinámicas de aprendizaje tecnológico por parte de las empresas proveedoras de insumos, que pueden aplicarse en otros sectores. Promover la formación de clusters en torno a RRNN puede constituir una promisoria estrategia de desarrollo para Chile pues implica aprovechar las ventajas comparativas existentes. Además constituye un mecanismo de diversificación de la canasta exportadora más allá de los RRNN. Existe el programa de proveedores para la minería; éste es replicable para la pesca, forestal, fruta e incluso vino. Los diferentes tipos de RRNN están concentrados e Chile en las regiones. En consecuencia, la formación de clusters en torno a los RRNN lograría el desarrollo regional. La generación de innovaciones específicas ligadas a los diversos RRNN generaría innovaciones que estimularían la diversificación y la expansión de las exportaciones, configurando un motor de crecimiento regional y nacional. 

El agente clave para inducir las innovaciones son los jóvenes que tienen las ventajas comparativas para sumergirse en el mundo digital. Sin embargo, estos jóvenes están encandilados por sus cófrades norteamericanos que han producido empresas como Apple, Microsoft e Intel; la aspiración de los jóvenes chilenos es desarrollar el Super-Google y el Super-Facebook. La probabilidad de que lo logren es nula. En cambio si utilizan su know how digital para resolver los desafíos que poseen los RRNN conseguirían el éxito económico personal y contribuirían a transformar a Chile en un país desarrollado. 

Fuente: Diario Financiero


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