Las economías de América Latina en la actualidad se ven enfrentadas a un freno en su avance hacía economías avanzadas y democracias estables. Los buenos resultados de la década anterior, entre 2003 y 2013, habían despertado nuevamente expectativas positivas: estábamos escapando de la trampa de países de ingreso medio. Como consecuencia, se le hacía creíble a la gente de América Latina que era posible pensar en una estrategia de desarrollo estable y exitosa a futuro, con un sólido crecimiento económico, con menor desigualdad y mayor protección social para los grupos más vulnerables.

No obstante, los años siguientes estuvieron marcados por un periodo de desaceleración de la economía, generado por distintos factores políticos y sociales, lo que se ve incrementado por el potente impacto de la pandemia mundial asociada al Covid-19.

Este documento propone qué enfoques de políticas que se consideran más eficaces para una buena transición económica para los países de América Latina, desde la crisis del coronavirus, hacia un nuevo punto de partida. En el que sea posible instalar una estrategia de desarrollo de largo plazo, que nos lleve a un mayor crecimiento económico estable y sostenible, que esté basado en mayor competitividad, incrementos sostenidos de productividad y en innovación.

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