Con esta publicación queremos compartir algunos de los momentos emblemáticos de nuestro centro de estudios y agradecer el apoyo que nos han dado personas e instituciones a lo largo de cuatro décadas. 

Quienes hemos trabajado en esta corporación hemos intentado contribuir al diseño e implementación de políticas públicas que ayuden a construir un mpaís con mejores oportunidades para su gente y con un futuro basado en el crecimiento, la equidad y el desarrollo sostenible.

Al mismo tiempo, en todos estos años hemos creado redes de investigación con centros de estudios latinoamericanos, con el objetivo de mirar la región como un conjunto y proponer posibles caminos de integración para enfrentar de mejor manera los desafíos del siglo XXI y avanzar en un modelo de crecimiento inclusivo que permita mejorar las condiciones de vida de las personas.

CIEPLAN nació como un centro de estudios al interior de la Universidad Católica cuando, a comienzos de los 70, Fernando Castillo Velasco impulsaba una gran reforma en la Universidad Católica. Sin embargo, después del golpe de Estado, muchos académicos fueron despedidos y CIEPLAN decidió transformarse en una organización independiente. El primer capítulo de esta memoria hace una síntesis de la escuela de pensamiento que llegó a crear nuestra corporación durante los años del régimen militar, planteando una visión económica alternativa y —al mismo tiempo— promoviendo el retorno de la democracia.

El segundo capítulo se refiere a la influencia de CIEPLAN en las políticas públicas que se implementaron en Chile a partir de 1990. Además de aportarelementos técnicos a la discusión político-económica, hemos aportado a la formación de líderes que han asumido cargos de gran relevancia en la conducción del país. De hecho, quince ministros de Estado trabajaron en CIEPLAN y, en distintas etapas históricas, han seguido vinculados a nuestro think tank.

Por último, abordamos el rol que ha jugado nuestro centro de estudios en América Latina, desde su origen hasta hoy día, destacando especialmente la formación de profesionales en toda la región, la producción de estudios comparados, la formulación de modelos y propuestas de políticas públicas regionales y la creación de grandes programas de investigación en varios países, mirando América Latina y el Este de Asia.

Recientemente, hemos comenzado a desarrollar un programa de investigación con la Universidad de Talca que abre un nuevo espacio para establecer una alianza estratégica entre un think tank y una universidad regional destacada por sus credenciales académicas de excelencia, con la mirada puesta en el futuro del país y la región en temas fundamentales como la innovación productiva y social, el desarrollo inclusivo y los desafíos emergentes.

Como toda historia, es probable que esté incompleta y que —por razones de espacio— hayan quedado demasiadas cosas en el tintero. Pero más allá de los detalles, quisiéramos rescatar el espíritu de trabajo colaborativo que ha caracterizado a esta institución, la rigurosidad en sus investigaciones, el profesionalismo y la pasión por el servicio público.

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